martes, 31 de agosto de 2010

Para levantar el ánimo #2

¡Buenas! Ya que llegó mi turno voy a contar una de las miles de situaciones en las que Ella Fitzgerald me alegró el día.

Estaba llegando a la estación del Belgrano Norte a las 9 de la mañana. Segundo día de facultad después de las largas y relajantes vacaciones.

El cielo estaba gris y me senté en el banquito helado a esperar el tren. Puse en el mp3 a Ella Fitzgerald en vivo con Joe Pass. Automáticamente se me dibujó una sonrisa en la cara. Aunque el tren llegó lleno y tuve que matarme a codazos con los desconocidos de siempre, aunque estaba llegando tarde y me había perdido la primera clase por quedarme dormida, Ella consiguió que la sonrisa no se me borrase en todo el viaje.

bopbop dula dula dula eyy ayy

Tardé en darme cuenta de que todo el mundo se estaba parando y mirando por las ventanas al andén. Habíamos llegado a la segunda estación y el tren había estado un rato detenido. Me saqué los auriculares y escuché que a una señora se le había caído el bebé del cochecito cuando estaba tratando de bajarlo del tren. ¡De cara al andén se le había ido! Por suerte, el bebé estaba bien. Mientras, Ella se reía en mi oído y Joe la acompañaba descosiendo la guitarra.

Acá dejo One Note Samba, una de mis favoritas de estos tipos

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